Comencé mi carrera profesional en el ámbito administrativo, tal como había resultado un “test vocacional” que mi padre me facilitó realizar… habiendo comenzado la universidad y al emprender una búsqueda laboral en dicho ámbito algo en mi interior me dijo que no era lo que estaba buscando… y me llevó a estudiar Recursos Humanos, en una institución con perspectiva humanística… cursé materias como grafología y psicología… materias que despertaron un enorme interés en mí, por lo que decidí una vez terminados estos estudios, comenzar la carrera de psicología. Así que también me he formado como psicóloga en una universidad con orientación humanista.

 

     Mientras cursaba mis estudios académicos, me interioricé en el reiki, terapias regresivas, meditación y diferentes cursos y talleres que me iban encaminando por el camino espiritual tal como me lo pedía mi interior, pero el gran salto en mi vida lo dí cuando comencé una psicoterapia transpersonal. Ya había realizado muchos años de terapia con dos terapeutas y enfoques diferentes. Ambas terapias me fueron ayudando hasta que en un momento sentía que les faltaba algo, y ese algo lo encontré en esta terapia transpersonal, faltaba la parte espiritual en mi vida, y mi transformación la noté desde el principio, había encontrado eso que estaba buscando… para luego darme cuenta que esa búsqueda no termina nunca… explorarse a uno mismo…

 

     A lo largo de mi vida experimenté y estudié diferentes técnicas meditativas, en talleres de varios días en la naturaleza, en retiros de silencio o talleres aquí mismo en la ciudad. Técnicas milenarias, como Vipassana, lo que actualmente llamamos Mindfundless, meditaciones donde el movimiento del cuerpo se hace presente, meditaciones guiadas y meditaciones basadas en la respiración, como la de Rene Mey, con quien tuve el honor de formarme como instructora. Todas ellas me han dado una amplia experiencia en la meditación, utilizando las más apropiada para cada momento de mi vida.

 

     Me considero una buscadora incansable, una exploradora de la vida, donde cada situación y/o persona es un reflejo de mi interior y por lo tanto aprendiendo de cada una. Mi intención como persona y como psicóloga es acompañar a cada persona que quiera y desee trabajar con su interioridad, para descubrir las potencialidades que cada uno trae a esta vida y lograr la autosanación. No digo que el camino sea fácil, porque hay que zambullirse en nuestra emocionalidad que muchas veces está empantanada, para luego poder surgir como lo hace una flor de loto, que florece de las aguas pantanosas. Lo que sí les aseguro es que cuando uno está comprometido con su proceso, los cambios en cuanto a la calidad de vida son insuperables, vivir sin tanto stress, más libres, comprender el/los para qué de cada situación, recuperar nuestra autoestima, recobrar el humor, re-encontrarnos con nuestra verdadera esencia… creer es poder…y lo que crees, creas… 

 

                                             Jimena